viernes, 17 de noviembre de 2017

Deborah Kara Unger

Qué alegría encontrarme de nuevo con Deborah Kara Unger en The Way, la película sobre el camino de Santiago que dirigió Emilio Estévez y que tuvo como protagonista principal a su padre, Martin Sheen. Sólo conservaba dos recuerdos de esta actriz canadiense. El primero corresponde a su actuación inmensa en The Game, y el segundo me trae la imagen de un bar, de un mostrador y de ella sirviendo unas copas en no recuerdo ya qué película. Creo que en esta última ya había prorrumpido en un “¡hombre, Deborah, qué alegría verte de nuevo aunque sea en un papel secundario!” Deborah Kara Unger pertenece a ese tipo de mujer que, por su belleza y contundencia, siempre me atrae. Pertenecería a la saga que encabeza Katharine Hepburn desde el pasado y Sigourney Weaver en el presente. En The way interpreta el papel de una mujer rota, que fuma sin parar y que pretende dejar de hacerlo en cuanto llegue a Santiago. Pero, como ella bien dice cuando está con sus tres compañeros de ruta delante del mar en Muxía y enciende de nuevo un cigarrillo para sorpresa de ellos, no se trataba de eso. En un momento dado de la película, se sincera con el personaje que interpreta Martin Sheen y le dice que su marido la maltrataba. No soportándolo ya más, y estando en esa época de su vida embarazada, decidió abortar para que su bebé no fuera víctima del mismo maltrato. Y añade: “A veces escucho su voz… La de mi bebé… Sé que es una locura porque no llegó a nacer, pero me imagino cómo habría sido su voz. Y a veces la oigo. A veces juraría que la oigo”.

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