Oigo la palabra “identidad” y me sale espuma por
la boca, tanto la del epiléptico (pierdo el conocimiento y entro en
convulsiones) como la del perro rabioso (mordería, ay, de la rabia que me
entra…). Pero me reconvengo y me digo: “Pero si la rabia, y la pérdida de
conocimiento, y las convulsiones son cosa de ellos, los identitarios”. Y
entonces va y me calmo.
miércoles, 29 de noviembre de 2017
jueves, 23 de noviembre de 2017
Apocopando
Decimos “muchas” en vez de “muchas gracias”,
“buen finde” en vez de “buen fin de semana”: ¿es la tendencia habitual a
apocopar el lenguaje o es que ahora tenemos menos tiempo, vivimos más deprisa y
hasta fuelle nos falta para decir la frase entera? ¿Apocopamos también la
realidad, la acortamos, la hacemos más breve y por ello menos intensa? ¿Es hoy,
y más que nunca, el hombre la versión corta de sí mismo?
viernes, 17 de noviembre de 2017
Deborah Kara Unger
Qué alegría
encontrarme de nuevo con Deborah Kara Unger en The Way, la película
sobre el camino de Santiago que dirigió Emilio Estévez y que tuvo como
protagonista principal a su padre, Martin Sheen. Sólo conservaba dos recuerdos
de esta actriz canadiense. El primero corresponde a su actuación inmensa en The
Game, y el segundo me trae la imagen de un bar, de un mostrador y de ella
sirviendo unas copas en no recuerdo ya qué película. Creo que en esta última ya
había prorrumpido en un “¡hombre, Deborah, qué alegría verte de nuevo aunque
sea en un papel secundario!” Deborah Kara Unger pertenece a ese tipo de mujer
que, por su belleza y contundencia, siempre me atrae. Pertenecería a la saga
que encabeza Katharine Hepburn desde el pasado y Sigourney Weaver en el
presente. En The way interpreta el papel de una mujer rota, que fuma sin
parar y que pretende dejar de hacerlo en cuanto llegue a Santiago. Pero, como
ella bien dice cuando está con sus tres compañeros de ruta delante del mar en
Muxía y enciende de nuevo un cigarrillo para sorpresa de ellos, no se trataba
de eso. En un momento dado de la película, se sincera con el personaje que
interpreta Martin Sheen y le dice que su marido la maltrataba. No soportándolo
ya más, y estando en esa época de su vida embarazada, decidió abortar para que
su bebé no fuera víctima del mismo maltrato. Y añade: “A veces escucho su voz…
La de mi bebé… Sé que es una locura porque no llegó a nacer, pero me imagino
cómo habría sido su voz. Y a veces la oigo. A veces juraría que la oigo”.
miércoles, 15 de noviembre de 2017
A vueltas con el matiz
Precisamente
porque para ellos, al contrario que para mí, el matiz en la vida no lo es todo,
contradiciendo a Azorín (léase, bajo el título de este blog, el dictum
azoriniano que es uno de los lemas de mi vida), son populistas los populistas.
No se pirran por los matices sino todo lo contrario. Así, su “verdad pura y
simple” termina siendo la más horrísona de las mentiras.
lunes, 13 de noviembre de 2017
Fases
Está uno
abonado últimamente a la realidad de las fases. Vives esta fase ahora y dentro
de un tiempo vivirás otra. Hay cosas que son para siempre pero otras no. Cambiamos
porque caminamos y no hay caminos sin etapas. “De un tiempo a esta parte…”. Y
así es.
sábado, 11 de noviembre de 2017
¡Maldita genética!
Todavía me
río al recordar el “¡maldita genética!” en el que prorrumpió mi prima X. Se
refería a la que había permitido que su hijo heredase de su padre un rasgo de
su carácter que la ponía de los nervios y que, a la postre, fue la causa de su
separación. Lo sufría ahora en su hijo, que la condenaba a la misma
incompatibilidad. Lo dijo con ganas, como conjurando un hechizo.
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