viernes, 4 de noviembre de 2016

Pitufilandia

Atrás los acnés adolescentes y delante pitufilandia, desde el día en que dejé el instituto en el que llevaba trabajando toda la vida y me vine al colegio público de infantil y primaria de mi pueblo. Aquí me paso las mañanas yendo a buscar a los pitufos y las pitufas, que a veces son pitufitos y putifitas, bien porque se ponen malos, bien porque les toca vacunarse, etc. Los más pequeños, cuando te ven por primera vez, te miran con unos ojos de asombro infinito en los que debe esconderse el principio y el fin de toda filosofía. Me pregunto muchas veces cómo es posible que existan criaturas tan mágicas e increíbles, seres fantásticos que salvan cada día nuestro mundo.

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