sábado, 9 de enero de 2016

Escuchar

Lo que siempre estará en mi mano en una conversación, por más agria e intempestiva que se ponga, es escuchar. Esto solo depende de mí y que sea así me consuela muchísimo porque nunca faltarán las condiciones para que pueda cumplir uno de los requisitos principales de una conversación, sin que nadie pueda impedírmelo. Lo otro, lo que yo diga y exponga, no podrá eludir los factores en cierto modo incontrolables, que están siempre sujetos a la vivacidad y particularidad del momento, y que son el interlocutor o interlocutores que tenga delante con todas sus especifidades, yo con todas las mías y el entorno con todas las suyas, de las que dependerá la mayor o menor calidad de la conversación, sin descontar que pueda no alcanzar ninguna.

No hay comentarios: