miércoles, 7 de octubre de 2015

Mi grado de sociabilidad

No deja de ser un triunfo dar con la expresión que denomina con exactitud lo que antes quedaba solo confusamente señalado. Yo, por ejemplo, cuando tuve que aclarar por qué no iba a las comidas y cenas del instituto pude finalmente un día apelar a que “mi grado de sociabilidad” era el que era, intermedio tirando hacia bajo. Con este “grado de sociabilidad” me vi ya con soltura para dejar sentado mi perfil sin ulteriores explicaciones, que nadie te pedía por otro lado. Me valió, sobre todo, para conocerme mejor a mí mismo.

No hay comentarios: