Cuando digo que “algo dentro de mí me
impulsó a” o cosa parecida, ¿puede ese “algo” ser otra cosa que yo mismo? Mi
“yo uno”, y no dos o tres, etc., más allá de la conciencia inmediata de mí
mismo, se hunde hacia dentro y desde esas profundidades me lanza mensajes, es
decir, yo me lanzo mensajes a yo. Es imposible referirse a sí mismo sin estos
desdoblamientos lingüísticos.
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