martes, 30 de junio de 2015

La casa misteriosa

Es una casa misteriosa. Las ventanas de la planta baja, donde supuestamente se encuentra la sala, están siempre cerradas. Pululan por ella jóvenes brasileños. Creemos que hay una mujer que debe ser la madre de uno -o de más de uno- de ellos y que el resto son amigos que entran y salen. Mi hermana María, que vive justo al lado con su familia, pared con pared, les presentó sus quejas por los fiestorros que hacen a deshora, a las tantas de la mañana, con la música altísima. Mi cuñado Víctor en una ocasión se encontró en su huerta, también paredaña con la de ellos, un condón. “¿Y cómo vino a parar esto aquí?” Se dice que la mujer adulta y supuesta madre de alguno de los chicos se dedica a “la mala vida” en un club de alterne que no está muy lejos del núcleo urbano. A mi hermana le pareció sentir una vez que la señora se lo hacía con un cliente.

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