En La belleza y el dolor
de la batalla, el historiador y escritor sueco Peter Englund trenzó una
historia de la Primera Guerra Mundial (este año se cumple el centenario de su
comienzo en 1914) con los testimonios escritos de sus protagonistas de a pie:
una enfermera, un soldado, etc. Este modo de contar la Gran Guerra, o de
cualquier otra guerra, es esencial para quedar informados de lo que, a ras de
suelo e historia, vivieron y padecieron sus protagonistas: este dolor, esta
sangre, esta trinchera, esta alambrada de espino, este lodo, esta esperanza...
Leo ahora 1914-1918. La historia de la Primera Guerra Mundial, del historiador
David Stevenson, que constituye el otro modo esencial de contarla: trazando las
líneas maestras que unen todos los “grandes” factores en juego: históricos,
políticos, sociales, económicos, geoestratégicos, militares, etc., hasta
componer un relato riguroso, verosímil, bien documentado, que nos permita
apreciar y comprender toda su densidad y todo su perímetro históricos.