jueves, 6 de noviembre de 2014

Vidas íntimas

Ahora que, además de casados, hay emparejados, divorciados, separados, ya no se puede preguntar con sana curiosidad, si lo pide el curso de la conversación, el estado civil de tu interlocutor. Como el molde clásico sigue siendo el de casado o no, quien está fuera de él se adelanta a comunicar él mismo su situación para no verse en el brete de sentirse incómodo si alguien se lo pregunta. Cuanto todos los nuevos roles convivan en igualdad de condiciones supongo que se acabaran estos recelos, y se podrá interesar uno por estas cuestiones sin parecer que está indagando morbosamente en la intimísima vida de la persona con la que hablamos.

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