jueves, 20 de noviembre de 2014

Las nueces, otra vez

Debe pensar mi hermano Luis que mi madre pasa grandes apuros para abrir las nueces con el cascanueces usando éste a modo de martillo y no como lo que son, unas tenazas, pues le falta fuerza para hacerlo (como ya expliqué aquí), cuando en realidad se las apaña bastante bien. El caso es que le trajo un útil que diseñó su cuñado José Luis, que en paz descanse, muy apropiado para la operación de partir la nuez: una canasta de mimbre con un cono descabezado de madera en su centro. Sólo hay que coger la nuez, ponerla encima del cono, sujetarla con una mano, y, ¡zas!, golpearla con el martillo de madera que empuña la otra mano. Las cascaras no hay después que apilarlas y recogerlas sino que caen y quedan en la cestilla. Y así cuantas veces se quiera. Mi madre está encantada, todo hay que decirlo.

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