martes, 14 de octubre de 2014

Las anteojeras

La imagen de las anteojeras que sólo nos permiten ver lo que tenemos delante y no lo que está a los lados puede ser positiva si la aplicamos a lo que es tener concentrada nuestra vida en lo que importa sin que nada nos distraiga de ella, nada que esté “a los lados” sino sólo “delante”. Para estar centrado en lo mío, en mi vocación, en mi travesía por este mundo, yo necesito unas buenas anteojeras que me impidan fijarme en lo que no merece ni un segundo de atención, en lo que no me interesa ni me importa, en lo que me perturbaría si depositara en ello mi mente. “Lo mío, lo mío”, he de decir alto y claro, teniendo delante el horizonte de mi ruta.

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