La lectura de ¿Qué estás mirando? 150 años de arte moderno en un abrir y cerrar de
ojos, de Will Gompertz, me ha permitido comprender la evolución del arte
desde los impresionistas hasta la actualidad. Podrán gustarme más o menos unos
u otros estilos pictóricos pero ahora estoy en condiciones de tomármelos más en
serio, sin creer fatuamente y a la primera de cambio, sobre todo con respecto
al arte más reciente, que se me está tomando el pelo. Parte del entendimiento
de un determinado estilo hay que buscarlo en los que lo precedieron, en tanto
que plantearon problemas y cuestiones que sólo fueron resueltos y respondidos por
los que vinieron después. La obra de una artista, por más personal que sea, no
nace sólo de sí mismo sino también de los que pintaron antes que él: estos
siempre quedaron en un umbral que traspasarían los siguientes, en búsqueda de
soluciones y visiones pictóricas nuevas. Salvo que descubramos que
efectivamente lo es, ningún artista es fraudulento. Que no nos guste, que nos
irrite, que nos cause rechazo, es otra cuestión.
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