Me cuenta mi madre que el cura que predicó durante
la novena a la Virgen de la Saleta relató en una homilía lo que sigue: “Dos
ranas cayeron en un vaso de leche; las dos movían sus ancas desesperadamente
para salvarse; una se cansó y murió ahogada; la otra fue más tenaz, más
consistente, y tanto batió sus ancas en la leche que ésta se convirtió en
manteca; entonces pudo apoyarse en ella, saltar y salvarse”. Después puso esto
en relación con la crisis de valores actual, diciendo que el que persevera en
un medio social que no lo sostiene termina por vencerlo salvándose a sí mismo.
Se trata, pues, de convertir la leche en manteca, lo líquido en sólido, para
tener puntos de apoyo que nos permitan sobrevivir. Si la rana se valió de sus
ancas, nosotros nos valdremos de la inteligencia, la voluntad, el deseo, los
sentimientos, nuestras herramientas humanas. Y ya no se tratará sin más de
sobrevivir sino de vivir sostenidos sobre lo que es digno.
(El vaquero)
(El vaquero)
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