martes, 2 de septiembre de 2014

La venda en los ojos

Su enamoramiento fue un error desde el inicio, un error que duró dos años, el tiempo que tardó en caérsele la venda de los ojos y ver lo que tendría que haber visto al principio. Fue también el tiempo que espero su madre para ver caída la venda; ella estaba segura de la que la vería en el suelo, como así fue. Hasta que llegó este momento la espera se le hizo larga y dura. “Al final quiso retenerlo proponiéndole una mera relación sexual; ya que no amor, sexo, sólo sexo”. “Ahora es por fin feliz”, terminó diciéndome. Cuánto me alegré. Frente a ciertos cupidos uno tendría que tener el corazón bien blindado, que es lo mismo que tenerlo con unos ojos claramente discernidores, nunca ciegos.

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