Una de las obras que vimos en la 17 Feria de Teatro de Castilla y León, en Ciudad Rodrigo, fue una
versión cómica de Edipo a cargo de la
compañía portuguesa Companhia do Chapitó.
Magnífica. ¡Esto sí que fue una optimización de los recursos! Tres artistas,
dos hombres y una mujer, sobre el escenario, y nada más, porque nada más les hizo
falta. Todos los personajes de la obra los representaron ellos solos, sin
descontar el perro de Tiresias, los caballos, una oveja, el viento... Sus
recursos expresivos y gestuales eran portentosos, sobre todos los de la actriz:
se comió con ganas los pelos -la hierba- de su compañero -la montaña- cuando
hizo de oveja; los relinchos, los soplidos y los movimientos de un caballo los
ejecutó a la perfección; el modo como puso los ojos en blanco cuando hizo del
ciego Tiresias fue otra demostración de fuerza, por no hablar del genio
corporal para componer con uno de sus compañeros la figura de la Esfinge. Versatilidad,
frescura, ingenio, convicción: nada les faltó y de todo anduvieron sobrados.
Los aplaudimos a rabiar.
Más tarde, cuando estábamos tomando algo en la plaza de la ciudad, alguien los vio y rompió a aplaudir. Nos sumamos todos los presentes. Nos habían regalado una hora tronchante.
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