domingo, 27 de abril de 2014

Lectura y (in)felicidad

Leer libros que no nos gustan crea horas infelices, siendo así que la lectura es, debe ser, un otorgamiento de felicidad. Por eso aquéllos debieran ser abandonados una vez que uno se ha cerciorado de que no nos gustan, no nos placen, en definitiva no nos interesan. ¡Qué distintas las infelices horas de las felices que sí crean los libros que nos causan placer! Con todo, hay grados en esta cuestión. Puede haber una “infelicidad” durante el trayecto de la lectura que, por distintos motivos, llegue a ser al final una verdadera felicidad. Por eso uno a veces se resiste a abandonar libros en principio, y en medio, no gustosos, pero que sí lo acaban siendo una vez terminado el libro.

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