miércoles, 16 de abril de 2014

Del vértigo a la adoración

Causa vértigo, un asombroso vértigo, pensar que Dios “cupo” en el vientre de una joven de Nazaret, María; que cupo en el cuerpo de un bebé, de un infante, de un niño, de un adolescente, de un joven, de un adulto: que “cabe” y es ya para siempre el alma y el cuerpo de un hombre. Este vértigo el cristiano lo supera en la adoración.

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