martes, 25 de marzo de 2014

José Antonio Marina, detective privado

José Antonio Marina es un auténtico desbrozador de selvas. Con machete en mano, zas, zas, se abre camino entre la espesura del tema sobre el que cogita hasta dejarnos en un claro luminoso. Su pericia exploradora, delineadora, definidora es realmente admirable. Estamos ante un hombre que cree en el poder de la razón y que sabe muy bien cómo funciona la inteligencia humana, que con tanto rigor y lucidez ha estudiado (Teoría de la inteligencia creadora). Tras sumergirse en los negros mares que quiere rastrear, sale siempre a la luz con el fruto granado de una investigación hecha con lupa de gran aumento y bisturí de alta precisión. Empecé hablando de selvas y caigo ahora en la cuenta de que uno de sus libros se titula La selva del lenguaje. Pero si nos fijamos en otros, vemos que el inicio es siempre un mundo oscuro que hay que alumbrar: un misterio (El misterio de la voluntad perdida), un rompecabezas (El rompecabezas de la sexualidad), los sueños (Los sueños de la razón), un laberinto (El laberinto sentimental), los secretos (Los secretos de la motivación).
José Antonio Marina se ha definido como un “investigador privado” (Memorias de un investigador privado), un “detective cultural”: estamos, en efecto, ante un Sherlock Holmes al que no se le resiste nada: el ingenio, la inteligencia, la ética, los sentimientos, la voluntad, la política, el lenguaje, la sexualidad, Dios, la economía, la vida, la familia, las mujeres, el miedo, el deseo, el poder, el amor, la autoridad, la estupidez, la educación, la motivación, los vicios, la creatividad, la lectura, la escritura, la valentía. La piedra angular es siempre la inteligencia, puesta en Teoría de la inteligencia creadora, su segundo libro, publicado en el año 1993, fundamento de todo el edificio que levantó después. Si echamos un vistazo al resto de los títulos de su obra, acabamos por convencernos de ello. Así, junto con el ya citado, tenemos estos otros: El vuelo de la inteligencia (2000), La inteligencia fracasada: teoría y práctica de la estupidez (2004) y La inteligencia ejecutiva (2012).
Un auténtico sabueso.

sábado, 22 de marzo de 2014

Derechona

Al menos en un aspecto cierta derecha merece ser llamada derechona, y es cuando se muestra muy mal hablada. Me vienen a la cabeza cuatro ocasiones en las que políticos del PP no trabaron su lengua: Francisco Javier León de la Riva, alcalde de Valladolid, y sus declaraciones sobre los “morritos” de la ex-portavoz del PSOE, Leire Pajín; José María Aznar y su dedo corazón bien levantado y dirigido a los que lo hostigaron en una ocasión en la Universidad de Oviedo; la diputada Andrea Fabra, hija de Carlos Fabra, y su “que se jodan”, vociferado en el Parlamento; y por último el ministro de Economía Luis de Guindos y su “que se vayan a tomar por el culo”, lanzado contra los periodistas en Bruselas.
En España, la derecha, cierta derecha, es más insultona que la izquierda, de la que no recuerdo ni un solo ejemplo de lengua deslenguada. Bien merecerían en esos casos que se les hubiese quedado pegada la lengua al paladar.

viernes, 21 de marzo de 2014

¿Víctima?

Cuando Gallardón dice que la mujer es siempre víctima en relación con el tema del aborto ¿qué quiere decir? ¿Víctima de qué victimario? Excluido el caso del embarazo fruto de una violación, en el que la mujer es clarísimamente víctima, en los demás tenemos siempre embarazos frutos de un despiste: o él se olvidó de ponerse el condón o ella se olvidó de tomar la píldora. ¿Es víctima entonces de su despiste, al verse en sus entrañas con un embrión cuya gestación quiere parar? A este despiste la palabra víctima creo que le viene demasiado grande: si yo fuese mujer y pro-abortista, tal consideración me parecería ridícula y paternalista. ¿Será entonces el victimario el ambiente social, convertido a tal efecto en presión social, mayoritariamente pro-abortista? Tampoco creo que se trate principalmente de esto.
En fin, que no sé por dónde van los tiros.

miércoles, 19 de marzo de 2014

Ser bueno

Yo quiero ser bueno pero no para verme a mí mismo siéndolo sino para serlo realmente.

Uno ha declarado muchas veces que lo único que de verdad le importa en la vida es ser una buena persona. Pero me incomoda que este deseo pueda tener más carga estética que moral, que se ancle en la belleza sin anclarse al mismo tiempo en el bien.

Uno de estos días me he sorprendido a mí mismo diciendo: “Señor, que no sea demasiado malo”.

martes, 18 de marzo de 2014

Las amistades posibles

En Una vida presente, Julián Marías dejó escrito lo siguiente: “Toda mi vida he tenido una capacidad para la amistad mayor que la habitual (...) Y un rasgo más, que creo muy característico en mí, es la resistencia a dejar ‘escapar’ las posibles amistades que me parecen valiosas y atractivas. Es muy frecuente que por falta de imaginación, por timidez o por simple pereza, no se desarrollen, o se extingan apenas iniciadas, relaciones personales que podrían ser ingredientes de profunda significación en la vida”.
¿Fue X una amistad que yo dejé “escapar”, “por timidez” sobre todo? Nunca me atreví a proponerle que quedáramos, quizá porque al principio me hechizó su personalidad dejándome sin capacidad de reacción. La timidez siempre arguye temores y yo los tuve ante él. En otras ocasiones sin embargo no me faltó la audacia y no se me escapó la posible y después ya real amistad.

miércoles, 12 de marzo de 2014

Tan antigua y tan nueva

Ese pelín de alegría que me falta, esta gota de infelicidad que ha venido, esta vulnerabilidad, tan antigua y tan nueva, ante el mal visto y leído...

jueves, 6 de marzo de 2014

Consoladora de los afligidos

Tras contarme cómo había transcurrido su jornada le colgué el título de “consoladora de los afligidos” pues fue lo que había hecho, consolar a las cuatro personas deprimidas que se encontró a lo largo del día. “Me pregunto qué me quiso decir Dios”, me comentó con asombro y jovialidad. Ésta la tiene a raudales últimamente, y de ella manó su consuelo para los cuatro afligidos.

miércoles, 5 de marzo de 2014

Sólo pasó un año

“Sólo pasó un año”, dije hace poco al recordar un suceso, cuando hasta hace nada habría dicho “ya pasó un año”. Voy camino de cumplir los cuarenta y nueve y desde mis treinta hasta mis cuarenta y siete años lo que uno vivió fue el paso raudo del tiempo. Por eso me tiene asombradísimo que, desde hace más o menos dos años, viva ahora un tiempo que transcurre lentamente, sin voracidad, parsimonioso. Es algo que nunca hubiese esperado y no sabría decir qué produjo tal cambio. ¿Algún tipo de plenitud tal vez, a la que pertenecería en propiedad un tiempo quedo?

martes, 4 de marzo de 2014

Medio vacío, medio lleno

Un “medio vacío” me entristeció. Enseguida, en el mismo telediario, un “medio lleno” no me alegró. “Alto ahí, me dije entonces, aquí falla algo. ¿Ha de afectarme el ‘medio vacío’, entristeciéndome, y no va a afectarme el ‘medio lleno’, alegrándome? No, de eso nada: ea, Suso, alégrate”. Obedecí y me alegré, quedando más lleno que vacío cuando poco antes había estado más vacío que lleno.
No puedo despistarme con esto.

lunes, 3 de marzo de 2014

Don Juan Tenorio y don Luis Mejía

Escuchando camino del trabajo el diálogo de don Juan Tenorio y don Luis Mejía, en el acto primero de la parte primera de Don Juan Tenorio, de José Zorrilla, allí donde el primero le dice al segundo que a setenta y dos se eleva el número de sus conquistas a lo largo de un año y el segundo le dice al primero que cincuenta y seis es su número, me acordé de lo que me contó hace algunos años X, y de lo que no había dudado dada la credibilidad de la persona que se lo había referido. Parece ser que dos jovenzuelos que frisaban los dieciocho años se habían retado a ver quién se tiraba a más tías durante un determinado período de tiempo, no superior a medio año si no me falla la memoria. Pues bien, el resultado fue escalofriante: el uno, el ganador, unas setenta y el otro, el perdedor, unas cuarenta. Podemos no creerlo, claro, por muy seria y creíble que fuese la fuente de X, dado que ésta sólo pudo saberlo de boca de tales folladores, con perdón, que a buen seguro inflaron las cifras. Pero puede ocurrir también que el informante conociese bien, muy bien, a los dos susodichos, quizá porque actuase en su mismo terreno con las mismas, parecidas o distintas pretensiones “lúdicas”. El caso es que, si necesitábamos algún dato más sobre lo despendolado que está el mundo de la sexualidad en nuestro tiempo, aquí lo tenemos, en estos tenorios y estos mejías que hasta hace nada todavía lucían el bozo de la adolescencia.

sábado, 1 de marzo de 2014

Mal de muchos

¿Mal de muchos consuelo de tontos? No, mal de muchos consuelo de algunos, o de alguno, de uno vaya, el que me hizo saber que, padeciendo en una ocasión una dolencia, le consoló saber que no era el único que la sufría. ¿Tonto? En absoluto puesto que se consolaba.