viernes, 28 de febrero de 2014

La Gran Guerra

En La belleza y el dolor de la batalla, el historiador y escritor sueco Peter Englund trenzó una historia de la Primera Guerra Mundial (este año se cumple el centenario de su comienzo en 1914) con los testimonios escritos de sus protagonistas de a pie: una enfermera, un soldado, etc. Este modo de contar la Gran Guerra, o de cualquier otra guerra, es esencial para quedar informados de lo que, a ras de suelo e historia, vivieron y padecieron sus protagonistas: este dolor, esta sangre, esta trinchera, esta alambrada de espino, este lodo, esta esperanza...

Leo ahora 1914-1918. La historia de la Primera Guerra Mundial, del historiador David Stevenson, que constituye el otro modo esencial de contarla: trazando las líneas maestras que unen todos los “grandes” factores en juego: históricos, políticos, sociales, económicos, geoestratégicos, militares, etc., hasta componer un relato riguroso, verosímil, bien documentado, que nos permita apreciar y comprender toda su densidad y todo su perímetro históricos.

jueves, 27 de febrero de 2014

Enmendando la plana

Mejor que “en este valle de lágrimas” (Salve Regina), “en este valle de sonrisas y lágrimas”.
Mejor que “la vida es una mala noche en una mala posada” (Santa Teresa de Jesús), “la vida es, tantas veces, una mala noche en una mala posada”.

Soy consciente de que lo que retoco funciona bien en su contexto, al que hay que referirlo. Que no se tome pues lo mío como otra cosa que un divertimento.

miércoles, 26 de febrero de 2014

Perplejidades

Los evangelios están llenos de felices perplejidades ante las que prorrumpimos en un “¡oh, maravilla, no entiendo nada!”, siendo, por otro lado, de una absoluta sencillez.

martes, 25 de febrero de 2014

Autoimagen

Caminamos con una imagen de nosotros mismos más o menos consciente, más o menos dibujada, que nos sostiene y a la que sostenemos.

lunes, 24 de febrero de 2014

Aforística

Es la noche cueva de hadas y alcoba de demonios.

De su sueño, el hombre, no despertará Dios jamás.

Giramos unos en torno a otros siendo planetas y satélites a un tiempo.

Nunca hay debacle allí donde el corazón triunfa en su pobreza.

En la calle uno vive en sus zapatos; en casa, en sus zapatillas.

El escritor cumple un deber, cumple un placer, cumple una necesidad. El escritor obedece.

La fe es aceptar el punto de vista de Dios.

Por no querer algo sino todo se quedó con nada.

Lo que la vida destroza la vida lo repara.

El amor, cuanto más manifiesto, más secreto.

sábado, 22 de febrero de 2014

Curiosity

Habría que darle un poquito de alma al robot de la NASA Curiosity, enviado a Marte, e imaginar su asombro, su soledad, su extrañeza, entrañarnos en él para saber qué sintió durante el trayecto que lo llevó desde la Tierra al planeta rojo, en el que vio cómo la primera se hacía cada vez más y más pequeña, más chiquita, un puntito azul que acabaría desapareciendo de su vista, mientras que el segundo aparecía muy lejos, lejísimos, un puntito rojo primero, y poco a poco cada vez más grande, enorme al fin antes de atravesar su atmósfera y aterrizar en él. Al tocar Marte tuvo que estremecerse, de alegría por haber llegado sano y salvo, y de ansiedad por verse en un planeta distinto. ¿En qué medida había cambiado durante el viaje, qué sentimientos nuevos había conocido, qué pensaba ahora de la Tierra, del espacio y del tiempo, de la soledad y de la compañía?
Preguntas para las que no tendremos nunca respuesta porque él ya no volverá, se quedará allí, morirá allí.

viernes, 21 de febrero de 2014

Macerado

Blando me dejo el golpe, macerado para ti, barro de nuevo para ser barro nuevo con el que moldear una mejor vasija.

jueves, 20 de febrero de 2014

Un hombre, un perro

Un perro abandonado y sucio nos da lástima sin exigirnos nada. Un hombre abandonado y sucio nos da lástima y nos exige misericordia. Por eso preferimos encontrarnos con un perro.

miércoles, 19 de febrero de 2014

Un tiempo extraño

La tristeza puede ser una opción. Te dices: “voy a estar triste”, o mejor: “voy a dejar que la tristeza se apodere de mí”. ¿Es una opción inteligente? Así planteada la cuestión, es difícil decidirlo.

La tristeza tiene muchos colores, viste pieles muy diferentes. A veces uno está triste por pereza, por negligencia, porque la alegría necesita que se le haga un hueco y esto requiere un esfuerzo que uno no quiere hacer.

Las semanas pasadas fueron un tiempo extraño. El invierno furiosamente borrascoso, la falta de sol, las palabras que uno no pudo o no quiso escribir, la gripe rondándole a uno y al fin alcanzándole, aunque sólo suavemente, mamá doliéndose de sus molestias estomacales, de su falta de apetito, de su cansancio. Una analítica puso al descubierto unas transaminasas disparadas y ya está en curso la investigación médica. Mientras tanto, y a pesar de haberse vacunado, la gripe la golpeó con fuerza. Después se sumó la infección de orina y la diarrea. Ahora, curada ya de estos males, volvemos a donde estábamos, el malestar de estómago, las pocas ganas de comer, la fatiga. La voz se le ha debilitado un poco más y no son pocas las veces en que le digo “mamá, no te oigo”. Entonces me repite lo que había dicho con voz más alta.
Todo esto compuso un continuum extraño que me deprimió un poco. Alguien lo advirtió y me dijo: “¿Qué te pasa? Estás muy triste”. Saquémosle el “muy” y dejémoslo en triste.

Caminar me hace bien y no pude hacerlo durante semanas por culpa de las fastidiosas y aburridas lluvias, los fastidiosos y aburridos vientos, los fastidiosos y aburridos temporales, las fastidiosas y aburridas ciclogénesis. Mi forzada inmovilidad también ayudó a mi desánimo. “Quien mueve las piernas mueve el corazón”, decía aquel antiguo anuncio, y decía bien. Si, además, el ejercicio físico de caminar trae aparejado el ejercicio vital de ponerse en camino, mejor que mejor. La vida es siempre una combinación de movimiento y quietud.

martes, 18 de febrero de 2014

Mi amigo del alma

¡Ojalá que perdure siempre la palabra “alma” para que un adolescente pueda decir de un amigo que es “mi amigo del alma”! Mucho antes de cumplir los catorce años, A. se refirió a un amigo en estos términos. En labios tan jóvenes, la palabra “alma” reencuentra toda su pureza, toda su fuerza.

lunes, 17 de febrero de 2014

Qué tarde más extraña

El día está quieto, no habla, ¿está triste? Es un día gris, parado, de un extraño mes de enero, que no sabe muy bien hacia dónde camina, aunque sabe que va hacia delante, muy lentamente. Podría muy bien convertirse de repente en un día de sol, si se soltase hablar, si se desatase su lengua. Pero permanece en silencio, calla. Si al menos lloviera, si hiciese viento, si pasasen más coches que los que pasan. ¿Pero no está todo el silencio dentro de mí? ¿No soy yo el que se siente incapaz de hablar? ¡Qué tarde más extraña, qué dulce, qué solitaria!

sábado, 15 de febrero de 2014

Leer es escribir

Leer un libro es de algún modo co-escribirlo. Cada palabra leída es nuestra, cada línea, cada párrafo, finalmente todo el libro. ¿Cuánta distancia hay entre “lo hacemos nuestro” y “lo hacemos nosotros”?

viernes, 14 de febrero de 2014

jueves, 13 de febrero de 2014

Millones

Es insoportable pensarlo, pensar en los aludes de dolor que causa cualquier guerra. La guerra mata personas, mutila cuerpos, deshace psiques, destruye almas, substrae padres, hijos, hermanos, amigos, derrumba casas y puentes y escuelas y hospitales, destroza carreteras y vías de tren, aniquila presentes felices y futuros esperanzadores, hace huir a todos los que se convierten en refugiados. Millones de muertos en la Primera Guerra Mundial, muchos más millones de muertos en la Segunda Guerra Mundial, los millones de muertos de todas las guerras a lo largo de la historia; millones de heridos, millones de hambrientos, millones de enfermos, millones de desamparados. Millones de dolores y sufrimientos.

miércoles, 12 de febrero de 2014

Nostalgia y deseo

La nostalgia del amor es deseo del amor, el amor de ayer reclama el amor de mañana, la memoria apela a la esperanza.

martes, 11 de febrero de 2014

La impaciencia de Dios

La paciencia de Dios se coció también en su impaciencia. “¡Generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros, hasta cuándo tendré que soportaros?” (Mateo 17,17), protestó Jesús en una ocasión.

lunes, 10 de febrero de 2014

Leer para gozar

Si, pasado el tiempo, hemos olvidado por completo el contenido de un libro, ¿qué diferencia hay entre haberlo y no haberlo leído? Ninguna, me decía I. Hay una, añadí yo, y es que cuando lo leímos no lo leímos para poder recordarlo al cabo de mucho tiempo sino para disfrutarlo en el momento en que lo teníamos sobre nuestras manos y bajo nuestros ojos. Lo otro nada tiene que ver con la lectura, que no quiere “servir para nada”, tampoco para ser recordada. 

sábado, 8 de febrero de 2014

Salvar, crear

Sólo tiene poder para salvar el mundo quien tuvo poder para crearlo. Salvar es recrear, y sólo recrea quien antes ha creado.

viernes, 7 de febrero de 2014

El premio

¿Por qué no habría de ir tranquila a recoger su premio, con paso seguro, parándose si era preciso a abrazar a algún amigo, si su ya larga vida le había dado el aplomo para saber qué podía esperar de ella, qué podía incluso esperar de sí misma? Aplomo y una sabia dosis de escepticismo, y piedad, mucha piedad.

jueves, 6 de febrero de 2014

Otra voz

Siempre nos resulta irreconocible nuestra propia voz cuando la escuchamos en una grabadora. Esta voz, nos decimos, ¿es la que oyen los demás, tan diferente a la que yo oigo de mí mismo? ¿Hasta qué punto puede ocurrir también que lo que de mí perciban lo perciba yo de muy distinta manera? ¿Qué conocen de mí que yo no conozco o que conozco bajo otra luz?

miércoles, 5 de febrero de 2014

Un vecino

Hay vecinos a los que no ves durante años, porque sí, porque así ha coincidido, hasta que un día, cuando se le muere un hermano, te lo encuentras en el tanatorio y le das el pésame y ves que sigue igual, que no ha cambiado. Y porque sí, porque así coincide, no pasan años sino semanas hasta que te lo vuelves a encontrar, en una frutería, en la que te pregunta con tono afable, cercano, ¿qué tal los Reyes?, y tú le contestas sin salirte de esa cercanía, y bromeando, que bien, que mucha salud, salud a raudales, y él se sonríe y dice que eso es lo mejor. Y después, al ver que has venido por una caja con doce botellas de vino y un saco de patatas, te dice que te los lleva él en el coche porque tiene que pasar por delante de casa, y tú se lo agradeces pero que no hace falta, que te has traído el tuyo. Coges pues la caja con las botellas de vino y te diriges al coche, abres la puerta del maletero, dejas la caja y al darte la vuelta ves que te ha seguido él con el saco de patatas. Y entonces, ¡caramba!, le dices “C., esto sí que es un regalo de reyes, muchas gracias, de verdad”, y te vas todo contento, como seguramente también se irá él, y acaso no volvamos a vernos durante años, o no, tal vez dentro de unos días en la misma frutería, o en otro sitio del pueblo, y habrá la misma afabilidad, la misma cercanía.

martes, 4 de febrero de 2014

¿Qué dice Dios?

Si les preguntáramos a nuestros amigos, como preguntó Jesús a Pedro, “¿quién dice la gente que soy yo?”, ¿qué respuesta nos traerían? Y si, como le preguntaron a Juan el Bautista sacerdotes y levitas, nos preguntaran a nosotros. “¿tú quién eres?”, ¿qué contestaríamos nosotros?
¿Quién dice la gente que soy yo? ¿Qué digo yo sobre quién soy yo? Sabemos que la respuesta a estas dos preguntas no contestaría todo lo que a este respecto hay que contestar, por más que contuviese muchísimo.
Y Dios, ¿qué dice Dios? Lo sabremos, sin duda, si es que no lo estamos ya sabiendo.

lunes, 3 de febrero de 2014

Bien

Esta vez, tras su pregunta: “¿cómo estás?”, no salió de mi boca un “bien” redondo, seguro, concluyente, afirmativo, sino uno que se alargaba, arrastrándose. “Uy, cómo suena ese bien”. Y entonces yo le dije...

sábado, 1 de febrero de 2014

Medio vacío, medio lleno

Hay que ser positivo, claro, y quedarse con el vaso medio lleno, pero creo que no debe hacerse de forma muy inmediata, como precipitada, pasando mágicamente por encima de lo negativo y del vaso medio vacío. A estos hay que hacerles justicia reconociéndolos, diciéndolos, también padeciéndolos llegado el caso.