viernes, 17 de enero de 2014

El caballerito de Dios

El caballerito de Dios se levantó, se puso la chaqueta polar, hizo pis, se enjuagó los ojos, bajó a la cocina, encendió la tele, tomó una cucharada de aceite de oliva, un kiwi y un vaso de agua templada, puso a calentar la leche en el microondas, fregó lo que había quedado del día anterior, le echó azúcar y café soluble a la leche caliente, puso en la mesa las galletas, los cereales y las pastillas, se sentó, desayunó y limpió la cubierta vitrocerámica de la cocina de leña.
El caballerito de Dios subió a su habitación, se sentó en la butaca, estuvo en silencio durante quince minutos, rezó un padrenuestro y un ave maría, leyó el evangelio del día, se vistió, hizo la cama, preparó su bolso, bajó de nuevo a la cocina, le dio los buenos días a su madre, tomó otro vaso de agua templada, se enfundó el anorak, los guantes y la visera, se puso los auriculares, se despidió de su madre y marchó al trabajo.
El caballerito de Dios...

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