jueves, 3 de octubre de 2013

Su dicha, mi dicha

El encuentro de su media naranja y la formalización con ella de una relación estable por parte de mis amigos y amigas -pienso en X, en Y, en Z- me han causado una inmensa alegría en estos últimos años. Me sorprendió muchísimo la primera vez que me vi embargado de tal manera, sentirme tan dichoso al ver que era tanta la dicha amorosa de estos amigos míos. El “me alegro mucho por ti” fue en tales casos absolutamente cierto y exacto, sin ningún tipo de sombra. De alguna manera sus amores eran mis amores. Deseo fervientemente que consigan que no mueran mientras no mueran sus vidas.

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