martes, 15 de octubre de 2013

El torpor

Tocó el despertador, que ponía fin a una siesta que apenas me había adormecido. Fue entonces cuando, más que acostado en la cama, me sentí atornillado a ella por una gravedad tan infinita que pensé que jamás lograría levantarme. Un torpor pesadísimo se había apoderado de mí. Imágenes extrañas, en las que parecía que me deslizaba y caía de la cama, ocupaban mi mente.

No hay comentarios: