domingo, 21 de octubre de 2012

La faja



Él sostiene con fuerza un extremo de la faja granate en su cintura; su compañero la tensa agarrando el otro extremo. El primero entonces da vueltas sobre sí mismo para quedar muy ceñido por ella. Aparece un segundo y repiten la operación. Me recuerdo a mí mismo cuando era adolescente, en el colegio, fajándome de igual modo para completar mi indumentaria gallega. Después tocaba bailar, tan fajado, tan suelto.

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