Entre lo que el político promete hacer y lo que finalmente hace
discurre una barra de equilibrio. El más hábil es el que consigue no caer al
cruzarla o, si se cae, que no lo parezca.
domingo, 30 de septiembre de 2012
sábado, 29 de septiembre de 2012
Mentirijillas
Por mucho que nos cueste mentir hay situaciones que no se
salvan sin una mentirijilla o una mentira piadosa. Que se lo digan a mi madre,
profesional de la verdad. Hace unos días tuvo una visita mañanera que debiera
haber sido breve. Pasó una hora, mi madre tenía cosas que hacer, y el visitante
no parecía dar trazas de querer marchar. “Mira, tengo que salir a coger unos
pimientos”, le dijo para deshacerse de él. “No era verdad”, me contó. Creo que
se necesitarían los dedos de pocas manos para contar todas las veces que, a lo
largo de su vida, mi madre no tuvo más remedio que mentir, y casi todas, a buen
seguro, tan leves como la que aquí se cuenta.
En plenitud divina
El sábado que viene a comer, si tuvo aventura testimonial desde
la vez anterior, nos la cuenta muy expresiva y gozosamente, como es ella. Y es
que anda en plenitud divina de un tiempo a esta parte, muy deseosa de dar a conocer
a Dios, y cuando la ocasión la pintan calva, allá que se mete.
jueves, 27 de septiembre de 2012
Alegres siempre
Matilde empieza
la frase “La tristeza y la melancolía...” y sus nietos, que ya han aprendido la
continuación de la misma de labios de su abuela, proclaman todos a una “¡fuera
de la casa mía!” Me lo contó hace unos días. La frase, según me dijo, es de San
Felipe Neri, el santo de la alegría.
Espero que esos niños queden muy adiestrados para no permitir
que enemigos enanos, tanto los que les nazcan de dentro como los que le salgan
al paso desde fuera, les arrebaten la alegría. Si han de quitársela que sean
los enemigos gigantes, esos grandes infortunios que caen sobre nosotros el día
menos pensado. Pero, de no ser así, vencedores siempre, alegres siempre.
miércoles, 26 de septiembre de 2012
Los ricos
“Al verlo (al joven rico), Jesús dijo: «¡Qué difícil es que los
que tienen riquezas entren en el Reino de Dios! Es más fácil que un camello
entre por el ojo de una aguja que el que un rico entre en el reino de Dios». Los
que lo oyeron, dijeron: «¿Y quién se podrá salvar?» Respondió: «Lo que es
imposible para los hombres es posible para Dios»” (Lucas 18, 24-27) Que “los
que lo oyeron” dijeran “¿y quién se podrá salvar?” y no “¿y cómo se podrán
salvar los ricos?” sólo se explica porque también ellos albergaban el deseo de almacenar
y retener riquezas algún día, si es que no las tenían ya. La dificultad de
entrar en ese caso en el Reino de los Cielos les quedó muy clara. También a
nosotros, espero.
sábado, 22 de septiembre de 2012
Haciendo el bien
Qué hermoso sería que pudieran decir de cada uno de nosotros lo que dijeron de Jesús: “pasó por el mundo haciendo el bien”. Si hay una vocación común y universal tiene que ser ésta, cuya exacta configuración dependerá después de la misión que cada uno deba llevar a cabo en el mundo. El bien florecerá entonces en millones de bienes distintos, aquí una mano en la frente de un enfermo, allí la elaboración de un vino exquisito, allá la ejecución inmejorable de una sinfonía. El bien hace bien, hace buenos, sana, alegra el corazón.
La respiración
Hay bellezas que cortan la respiración pero si no existieran también nos faltaría el oxígeno.
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