martes, 22 de mayo de 2012

Un aventurero tranquilo


Escocia, Irlanda, la Toscana, las tierras de Bretaña y Normandía, los campos de tulipanes y molinos de Holanda, la Patagonia, los inmensos territorios de Estados Unidos, tierras que se la han vuelto a uno míticas por motivos no siempre conocidos y que desearía recorrer en coche, olfativa, visual, táctil, auditiva y gustativamente, con todo el cuerpo y con toda el alma. Estar con sus gentes, gustar sus silencios, oír sus vientos, paladear sus vinos. Al soñar todo esto resulta imposible no idealizarlo, pero me complazco en este sueño ideal, en el que sale a flote el aventurero tranquilo que a uno le gustaría ser, sin relojes, sin prisas, a ratos un ángel, a ratos un animal.

2 comentarios:

Paz Zeltia dijo...

En esto de idealizar viajes soñados, me pregunto cuanto nos habrán influído las road movie.

Jesús dijo...

Tú te preguntas y yo te y me contesto: mucho, muchísimo.