martes, 1 de mayo de 2012

Guarda las formas y un cuchillo


Guarda las formas, pero son vaina de su estilete, de su duro buril. Educadamente, te pasa por el filo de su espada. No se percata de que sus maneras son las que merecen un “¡esas no san maneras, hombre!”, y que hacen tanto daño o más que un insulto. Si practicase la captatio benevolentiae, si entendiese que la verdad dura no exige siempre un tono duro, que llamar al pan pan y al vino vino no equivale a arrojar a la cara el pan y el vino, que es sólo justicia la sola justicia, que ser suave no significa ser capcioso ni apocado ni condescendiente, si, como digo, comprendiese todo eso, otro gallo le cantaría.

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