lunes, 30 de abril de 2012

Félix culpa


En lucha contra su pereza terminó siendo el más laborioso.
En lucha contra su timidez terminó siendo el más valiente.
En lucha contra su lujuria terminó siendo el más casto.
En lucha contra su ira terminó siendo el más pacífico.
En lucha…

domingo, 29 de abril de 2012

¿Infancia perdida?


El niño en él, golpe tras golpe, abandono tras abandono, fue encogiendo hasta llegar a ser no más que una bolita en lo más hondo de su alma, una cabeza de alfiler, dejándole sitio al hombre desequilibrado que lo sustituyó, un monstruo débil y asustado que le siguió la pista a todos los tesoros. No encontró ninguno y por eso, en su sueño, los sueños le traen aquel padre, aquel lecho, aquel abrazo, aquella infancia que se acurruca en él, estragada. Uno se pierde, sí, pero ¿pierde por eso también la infancia o queda esta siempre salva, intacta en el recuerdo de un dios, de Dios?

sábado, 28 de abril de 2012

Dios delante


Me cruzo muchas veces con camiones que llevan escrito en la parte superior de la cabina del conductor estas dos palabras: “Dios diante” (Dios delante). Le hubiese gustado a Hans Urs von Balthasar, el cual, en su libro Quién es cristiano, criticaba la tendencia de ciertos cristianos a dejar a Dios “detrás, a la espalda”, como el trampolín en el que uno se apoya para pegar el salto pero que después se deja un tanto olvidado, porque se cree que no se le necesita cuando ya se tienen las manos hundidas en la masa del mundo. Por contra un “Dios ante nosotros”, como dice Balthasar, o el “Dios delante” del camionero, nos saldría al paso de nuestro olvido o de nuestra manipulación, en cada recodo del camino. No se es hijo por tener un padre al que sólo querríamos como retaguardia a la que acaso volver, sino también como única y querida vanguardia, la sola ruta posible delante de nuestros pies, ruta que al mismo tiempo es meta y casa.

jueves, 26 de abril de 2012

El modo


El escritor, por aquello de que “nada nuevo hay bajo el sol”, más que un tema es un modo. Ahora bien, no es menos cierto que a ese “nada nuevo” lo acompaña a veces el “todo nuevo” que algunos logran gracias a la fuerza de su mirada, pareciendo que inventan la vida como si nunca antes esta hubiese existido. Es tan original y potente su modo que creemos estar ante la aparición de un nuevo tema sobre el mundo.

miércoles, 25 de abril de 2012

Al desnudo


Emparejarse con la naturaleza, siempre en pelota viva; ofrecerse mondo y austero, sin ropajes vanos; sacarse de encima la vestidura avasalladora del mundo, para sentirse más libre, más audaz, más tierno; prepararse para esa intrepidez mayor que es desnudarse desde dentro, desde el espíritu, y así hincarse en la verdad; soltarse del oprobio del pecado, mostrando con el cuerpo desfajado que uno renuncia a su lastre; rescatar la condición inocente que un día tuvimos, cuando la desnudez no argüía nuestra vergüenza porque no se había hecho rea de la culpa.

martes, 24 de abril de 2012

José Mª Cabodevilla


José María Cabodevilla fue un teólogo excepcional. Tuvo tal olfato para rastrear la ternura divina que no puedo sino acordarme del desideratum de Hans Urs von Balthasar en su libro sobre Teresa de Lisieux, aquel que, tras haber afirmado que la santa había “explorado como pocos teólogos antes de ella esa tierra” de la ternura de Dios, le hizo prorrumpir así: “Pero ¡cuánto falta, aún después de ella, por descubrir en esa tierra!” Tiene uno la impresión, al leer sus libros, de que Cabodevilla agarró el guante de ese desafío y, con él en la boca, se lanzó como perro husmeador para “descubrir” todos los recovecos de “esa tierra”.

lunes, 23 de abril de 2012

Fargo


Por un lado la nieve, como paisaje de fondo, por el otro una mujer policía en avanzado estado de gestación: dos mansedumbres que, como sendos diques, contienen y encauzan el reguero de sangre que es Fargo, la famosa película de los hermanos Coen. Es por eso el personaje que interpreta deliciosamente Frances McDormand, el que, aun a pesar de no tener respuesta para tanta sinrazón homicida, se alza como vencedor frente a la esfinge de sangre, pues lleva en sus entrañas un nuevo ser y con él todas las razones que, engendradas por el amor, sostienen y atenúan las perplejidades de la vida.

domingo, 22 de abril de 2012

Senderos de gloria


Es muy hermoso el final de Senderos de gloria, de Stanley Kubrick.
Los soldados franceses, en la cantina, humillan con sus miradas y voces lujuriosas a la joven alemana que les presenta en un estrado el dueño del local. El tabernero le pide a la chica que cante y ella, con una voz temblorosa y apagada, entona como puede un canto. Al instante todas las burlas de los soldados enmudecen y poco a poco, uno tras otro, se van sumando con sus tonos a la melodía de esa canción que indudablemente conocen, mientras clavan sus ojos emocionados en la cándida muchacha. La música ha obrado el milagro: quebrar el odio de sus corazones de piedra y hacer brotar la piedad en sus corazones transmudados en carne. Donde antes había turba libidinosa hay ahora coro de hermanos, mujer ángel donde antes había carne escarnecida y codiciada.