martes, 6 de mayo de 2008

Se va aprendiendo

“No es fácil ni difícil vivir, sino que se va aprendiendo”, me escribía mi amiga Chus hace ya algunos años. Bueno, por tramos llanos, a la sombra y sin peso en la mochila, es fácil vivir. Por tramos pedregosos, bacheados, empinados, bajo un sol de justicia y con el macuto a reventar, vivir es difícil.
De la facilidad, ¿qué se aprende? La dulzura de la vida, su sencillez, su abundancia, el regalo en que consiste: el viento viene a favor y el horizonte permanece despejado.
¿Y de la dificultad? En este caso no es carne triturada lo que nos llevamos a la boca sino un hueso, y, como ya sabemos, "los huesos son duros de roer". Si lo fácil se aprende fácilmente, lo difícil, ni que decir tiene: el viento viene en contra y el horizonte permanece oscuro. Es aquí donde el maestrazgo de la vida impone su dura ley: sangre, sudor y lágrimas. Aparece como gran virtud creativa la paciencia, y digo creativa porque engendra la esperanza, que decía San Pablo. Dentro del presente ocluido, abre una mirilla por donde avistamos la salvación, la pregustamos, la esperamos. Es la hora de la fortaleza, aunque estemos doblados y ya no podamos más.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Simplemente perfecta, me hizo rememorar el comienzo de muchas cosas y frases que permanecen en mi memoria, “Un gran camino pedregoso es la vida, en el cual aprendemos a caminar y fortalecernos”. Una frase que se quedo conmigo hace años y que leyendo esto, retorno a mis pensamientos.
RCD.

Jesús dijo...

Muchas gracias, amigo. Aprender a caminar y fortalecerse. Sí, eso es. Ojalá que lo consigamos.