miércoles, 7 de mayo de 2008

Letraherido, letrasalvado

Un embrión de palabra, inválido, se hace un hueco en nuestro seno y nos desgarra. Es un punto de luz que quiere ser línea de luz, espacio de luz. Mientras no lo consigue, su pequeña mano nos retuerce. Cuando la expulsamos y deviene al fin palabra, se hace la luz. Lo que nos hería por dentro, ahora, fuera de nosotros, nos salva.

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